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CON LUZ PROPIA PARA BRILLAR

Cuando pasamos la última hoja del mes de agosto en nuestras agendas, algo empezó a cambiar en nuestro colegio: con un chasquido postvacacional la persiana comenzó a enrollarse, las puertas se abrían y se cerraban, el teléfono sonaba y los pasillos se poblaban selváticamente de monitos, hojas, enredaderas y cañas de bambú. El 10 y el 17 de septiembre los pasillos se llenaron aún más de vida, ¡nuestros alumnos habían llegado! El colegió se dispuso a funcionar a toda máquina. Desde entonces no hemos parado: convivencia de inicio de curso, reuniones de padres, tutorías, libros, laboratorios, clases, ¡cientos de cerebros brillantes trabajando!

Este año teníamos una idea en mente, un lema que colocaríamos en las bases de nuestras iniciativas educativas: «con luz propia para brillar». Siempre lo hemos procurado y es algo que nos encanta; sin embargo, ahora lo hemos explicitado en nuestro lema. Somos conscientes de que cada uno de nuestros alumnos es único, especial e irrepetible, ¡un tesoro! Por eso, queremos esforzarnos en que cada uno descubra aquello que lo hace infinitamente necesario en nuestro mundo.  Y lo que es más, aprenda a poner esa luz al servicio de los demás. Si juntos lo logramos, ¡cuánta luz habrá en el mundo! Esto no es nuevo, sino que resuena desde hace dos mil años en quienes nos hemos acercado a Jesucristo: «vosotros sois la luz del mundo» (Mt 5, 14). Sin luz, todo se vuelve confuso, no se ve el camino, no sabemos dónde buscar…; con luz, en cambio, todo es diferente. Las Sagradas Escrituras nos lo recuerdan una y otra vez: «El pueblo que yacía en tinieblas ha visto una gran luz; para los que yacían en región y sombra de muerte una luz ha amanecido» (Mt 4,16); «yo soy la luz del mundo» (Jn 8,12); «y la luz brilla en las tinieblas» (Jn 1, 5); «lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mi sendero» (Sal 119, 105).

Tenemos por delante una aventura apasionante y le pedimos a Jesús, verdadera luz del mundo, que nos ayude en nuestro sueño para que este curso sea provechoso, solidario, enriquecedor; sobre todo, esté pleno de luz, vida y alegría.

¡Feliz curso a todos!

Equipo de Evangelización