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COMPARTIENDO VIDA

Estamos inmersos ya en este nuevo curso, con todos sus proyectos, retos, sueños… En ocasiones, sentimos que el día no tiene horas suficientes para hacer todo lo que deseamos y lo que se nos pide. Nuestras obligaciones y compromisos nos ocupan todo el día. Por ello, es importante “saber parar”, buscar momentos de encuentro con nosotros mismos y con los demás. Esto nos ayuda a crecer y mejorar la relación con nuestro entorno y con nuestro interior.

En el colegio los alumnos no solo adquieren conocimientos. También APRENDEN A VIVIR. Necesitan actividades y espacios de encuentro y reflexión, porque nuestros niños buscan, se hacen preguntas y, a veces, no encuentran respuesta… Están atentos a cualquier experiencia para no perder ni un solo minuto de las increíbles vivencias que la vida nos regala. Por eso, muchos de ellos forman parte de los grupos de los viernes. Algunos llevan ya muchos años y otros asisten por primera vez, expectantes e ilusionados por expresar y vivir su Fe de forma más espontánea y natural. Algunos han decidido mejorar la realidad social en la que viven participando en el voluntariado. Y todos ellos, junto con sus compañeros, aprenden de momentos mágicos vividos en el aula.

Horas invertidas para que el amor germine, madure, se haga adulto y estable, desplegando sólidas raíces. Porque en estas experiencias ven que, donde hay bondad y sencillez, hay GRANDEZA, y que cada uno de ellos es sencillamente especial. Descubren que los sueños son posibles, que sentir es el mejor de los inventos, que la familia y los amigos son regalos incalculables, que las injusticias hay que señalarlas. Aprenden a ser mejores personas, a agrandar su generosidad, a saber perdonar y pedir perdón. Aprenden a “contar” con Dios para todo, integrando la FE en su vida.

Y nosotros les acompañamos en este gran reto. ¿Cómo?  Queriéndolos mucho, conociéndolos, dedicándoles tiempo, escuchándolos, construyendo con ellos. Siempre teniendo la certeza de QUIÉN es el que nos mueve.

¡Feliz curso a todos!

Amalia Martínez Álvarez