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MÁS FRUTA Y VERDURA, MÁS VIDA

Somos muchas las personas que conocemos los beneficios de comer frutas y verduras. Entre todos ellos, destacamos algunos: aportan vitaminas y mineralesespecíficos; proporcionan al cuerpo más agua que otros alimentos; favorecen el crecimiento y el desarrollo del organismo;poseen un alto contenido en fibra y enpotasioel cual ayuda a eliminar el exceso de líquidos, al igual que antioxidantesque protegen frente a ciertas enfermedades cardiovasculares y relacionadas con la degeneración del sistema nervioso; carecen de grasas, lo que se traduce en menos colesterol y triglicéridos en nuestra sangre; se pueden incluir en cualquier comida y están disponibles durante todo el año.

A pesar de ello, y aunque España es el primer productor de la Unión Europea de frutas y hortalizas, es también uno de lospaíses donde se consume menos de lo recomendado. La ingesta ideal es de 600 gramos diarios, cantidad muy alejada de la realidad. Ya lo dice el refranero popular: “en casa del herrero, cuchillo de palo”.

Al contener nutrientes esenciales para el organismo, resultan vitales, en primer lugar, para conseguir un estilo de vida saludable; y, en segundo lugar, para prevenir muchas y extendidas enfermedades crónicas tales como la obesidad, sobre todo, entre la población infantil. Por consiguiente, conviene propiciarlas desde edades tempranas, debido a que el rendimiento escolar, así como el desarrollo físico e intelectual mejoran de forma significativa.

Hoy en día, la sociedad nos da consignas como que podemos comprar cualquier alimento siempre, independientemente de la zona que sea, del momento o de la procedencia. Pero,¿por qué son importantes para nuestra salud la fruta y verdura de temporada? Señalamos cuatro razones de peso:

Ganamos en salud.Un motivo primordial radica en que nos ofrecen los nutrientes(vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes…) que necesitamos para protegernos en cada estación, en ese momento del año. Por tanto, fortalecen nuestra salud.La naturaleza lleva implícita la sabiduría de qué alimentos necesitamos y en qué tiempos. Por ejemplo, en invierno, los cítricos (naranja, limón) suponen un aporte alto de vitamina C, la cual evita resfriados y mejora nuestras defensas frente al frío.

Mejora la calidad. Si respetamos la temporada y su zona, gustamos un producto que ha madurado en su momento óptimo, sin aceleraciones en su proceso, que ha crecido con el sol, agua y ritmos lunares de su estación. Eso significa volver al fruto tradicional, sin prisas, mimado; en consecuencia, mássaludable.

Su sabor es óptimo y están mucho más ricas.Crecer a su tiempo, en su entorno y de manera natural, sin adulteraciones químicas,permite reencontrarse con lo genuino. De este modo, al estar más sabrosas, apetecerá tomar más cantidad y eso redundará positivamente en la salud.

Ayudamos a la sostenibilidad y biodinámica.Es de suma importancia, por un lado, poseer conciencia medioambiental y contribuir con ella; y, por otro, consumir lo que la tierra nos brinda desde la proximidad y el localismo.

Así pues, no debemos olvidar que una nutrición sana y variada, donde la fruta y verdura jueguen un papel fundamental, es la clave para prevenir enfermedades, tener energía para disfrutar de la vida y sentirnos fuertes para superar los obstáculos.

Daniel Lupión