BENEFICIOS DE LA MÚSICA EN EL CEREBRO
Numerosas investigaciones han corroborado los efectos positivos que la música produce en el cerebro. Esta afecta, de manera muy favorable, en cuatro áreas distintas:emoción, memoria, aprendizaje y neuroplasticidad, atención.
En el ámbito académico, los estudios evidencian que, en general, los alumnos de música presentan mejores calificaciones, poseen mayores habilidades de razonamiento abstracto (de hecho, la inteligencia musical se haya vinculada a la inteligencia lógico-matemática) y adquieren más autocontrol de sus emociones.
A pesar de reconocer los múltiples beneficios de aprender esta disciplina y tocar un instrumento, en nuestro actual sistema educativo no se le concede la importancia que merece dentro de los currículos. El horario de la Educación Primaria únicamente contempla una hora semanal para su práctica.
Esto se une a la convicción popular de que, para dominarla, es necesario poseer unos dones especiales o lo que, comúnmente, la gente denomina “tener buen oído”. Sin embargo, lo que define la inteligencia musical es la total libertad para crear y apreciar melodías; lo que no implica necesariamente ser un experto en el lenguaje musical.
Con instrumentos de placas, por ejemplo, los xilófonos con láminas de colores, cualquiera puede interpretar una canción o acompañar una sinfonía sin nociones de armonía. Una metodología como la de asociar a cada nota un color permite no solo la interpretación melódica, sino explorar y crear nuevas combinaciones rítmicas y armónicas.
Sin darse cuenta, los estudiantes ponen en marcha la “máquina cerebral”: asocian colores a sonidos, educan el oído, desarrollan la memoria musical, mejoran la destreza óculo-manual, la agilidad mental y la concentración. Y todo ello, mientras disfrutan con lo que consideran un “juguete”, sin ser conscientes de que los ayuda, entre otros muchos ámbitos, a organizar sus estructuras mentales; por lo tanto, se potencian su disciplina y responsabilidad en diversas tareas escolares. Igualmente, cuando trabajan con el cifrado americano (cada acorde se corresponde con una letra), son capaces de realizar un sencillo acompañamiento con un instrumento a la vez que cantan una canción.
En definitiva, cultivar este arte contribuye a la formación integral de los niños, fomenta actitudes y aptitudes que, a lo largo de su vida, les van a reforzar numerosos hábitos y valores.
Beatriz Navarro Ruiz
Maestra de Educación Primaria