LA HORA DE LA MERIENDA
Probablemente, en más de una ocasión hemos leído u oído en distintos medios de comunicación el problema de la obesidad infantil. No hace mucho, leía en un periódico local la noticia de que más de un 53% de los padres españoles reconoce no tener claras las recomendaciones nutricionales para sus hijos.
Los padres, en muchas ocasiones, se sienten confusos por dos razones:
1ª Nadie los ha preparado para un entorno donde los alimentos indicados para la infancia son procesados y envasados, la mayoría de las veces, en forma de bollería industrial.
2ª Los guías de estos padres son los medios de comunicación, movidos por las industrias dedicadas a este sector de la población.
Estoy totalmente de acuerdo con esta afirmación que leí en Facebook.
Diferentes marcas con fines comerciales promocionan sus productos proponiéndolos para desayunos y meriendas de los niños, lo que genera dudas sobre la elección de alimentos ya que, incluso, son los mismos niños quienes los demandan.
En nuestro Centro, como cada año, comienzan las rutinas, los horarios, los comedores, los desayunos y, con ellos, las ganas de mejorar y aportar nuestro grano de arena. Desde nuestro ciclo de Educación Infantil, nos preocupa, especialmente, la alimentación en los más pequeños; por ello, además de tratar este tema de forma trasversal en diferentes actividades, sugerimos para el desayuno de nuestros alumnos alimentos variados y ricos en vitaminas que les ayudarán a afrontar la jornada escolar. ¿Pero, son realmente saludables?
Si observamos la conocida pirámide alimenticia, que ha marcado pautas para llevar una dieta equilibrada y saludable durante muchos años, reparamos en varios aspectos sin ser muy entendidos en el tema.
Fijaos en los alimentos recomendados tanto en la base de consumo diario como en el ocasional. Podemos ver que, en la base, están el pan, las patatas, las harinas, las pasta, el arroz…; que se introduce el alcohol a diario y, ocasionalmente, aparecen embutidos y bollería. No soy una profesional de la nutrición; sin embargo, en estas indicaciones, algo falla. ¿No creéis?
Después de leer un poco sobre el tema, se confirmaron mis sospechas. Muchos profesionales reconocidos han criticado la conocida pirámide alimenticia por lo mismo, por estar obsoleta y por introducir bollería, embutidos y bebidas alcohólicas como recomendaciones alimenticias. Esta pirámide se ha ido transformando y lleva con nosotros, al menos, unos 70 años.
Cuando se creó, las necesidades y la situación en España eran muy diferentes a las actuales. Vivíamos una postguerra; las carencias eran muchas y los alimentos, pocos. De esta manera sí se puede entender que la base de la alimentación fueran el pan, las patatas, el arroz… Pero, volvamos al presente. Si estas recomendaciones no están actualizadas y no son las idóneas, entonces, ¿cuáles son?
Investigando un poco, he encontrado una nueva versión de la pirámide de los alimentos en forma plato.
Estas sugerencias fueron establecidas por el gobierno de los Estados Unidos; concretamente, por la escuela de salud pública de Harvard dada la necesidad de unas indicaciones reales que subsanaran las actuales.
Teniendo presente todo esto, considero esencial aclarar que en nuestros consejos para las meriendas y desayunos aparecen: zumos, leche, galletas, bizcochos, bocatas, fruta, yogur, chocolates… Pero, ¡atención, papás! Evitemos comprarlos. Todo lo que se pueda cocinar en casa es mucho mejor porque, así, evitaremos estos ingredientes: aceites de palma, azúcares refinados, edulcorantes, colorantes, conservantes, glutamato monosódico, aditivos que nos hacen creer que los alimentos son más frescos sanos y con mejor sabor; no obstante, es un espejismo (solo consiguen dar mejor sabor, por lo que muchos opinan que son adictivos).
Desayunos caseros, chocolate negro, frutas frescas, frutos secos sin sal y sin tostar, yogures y zumos naturales, bocatas de pan integral con un chorrete de aceite de oliva extra virgen, no lo dudéis.
Os dejo alguna receta para que os pongáis en marcha:
Galletas de avena, plátano y frutos secos.
Ingredientes:
Un plátano.
200 g de copos de avena.
2 huevos.
Una cucharada de harina de avena.
2 cucharadas de miel.
Una cucharadita de levadura.
Una cucharadita de vainilla liquida.
2 cucharaditas de canela.
30-40 g de frutos secos.
Preparación:
Se trituran los frutos secos.
Se machaca el plátano.
Se baten los huevos.
Se mezclan bien todos los alimentos.
Se precalienta el horno a 180 grados durante 10 minutos y se hornean durante 10-15 minutos hasta que estén doradas.
Recordad que vuestros hijos son lo que más queréis en el mundo y somos lo que comemos; ante la duda, sentido común.
Un cordial saludo.
Mª Beatriz Gordillo Montañés