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LA IMPORTANCIA DEL DESARROLLO DE LA PSICOMOTRICIDAD FINA EN LA ETAPA DE EDUCACIÓN INFANTIL

Se denomina psicomotricidad fina a la facultad de controlar movimientos pequeños y precisos del cuerpo mediante grupos musculares, por ejemplo, ojos, manos, dedos…, en interacción con el medio. Cuando los niños nacen, los realizan involuntaria e inconscientemente. A medida que crecen y el sistema neurológico madura, se vuelven más intencionados hasta que, poco a poco, consiguen ser capaces de ejecutarlos de manera coordinada y con exactitud. Este ritmo de evolución varía de un niño a otro y, con el paso del tiempo, se logra una mayor destreza para llevar a cabo tareas complejas. Por ello, es muy importante trabajar la psicomotricidad fina desde los primeros años con el fin de evitar futuros problemas. Los padres, en casa, tienen la oportunidad de promover diferentes actividades creativas y juegos en los que sus hijos usen las manos y los dedos como herramienta.

                  

Destacamos algunos ejemplos sencillos: enroscar y desenroscar tuercas; abrochar y desabrochar botones; pintar, dibujar, escribir…; moldear y amasar arcilla o plastilina; recortar formas o figuras; ensartar macarrones en un hilo y confeccionar collares; pegar legumbres sobre un dibujo. O bien, elaborar figuras sencillas de papiroflexia (barcos, gorros, aviones…); utilizar tapones de plástico, pinzas de la ropa, lanas, palillos o corchos para crear figuras o construcciones; apilar bloques y manipular objetos con libertad; abrir o cerrar cremalleras y cerraduras; doblar ropa… Además, es recomendable, por un lado, jugar y hacer manualidades con ellos; y, por otro, permitir que se vistan y se pongan los zapatos solos.

                 

Con todas ellas fomentaremos su autonomía, debido a que efectuarán acciones cada vez más complicadas, perfeccionándolas. Se contribuye así a un mejor desarrollo físico y emocional en la edad adulta.

En conclusión, incentivar la habilidad psicomotriz fina resulta imprescindible en la vida de los niños. Si bien buena parte se produce de una forma natural a lo largo de la infancia, debemos colaborar para potenciarlo, ya que se considera trascendental para que puedan experimentar con el entorno que los rodea y adquirieran una mayor capacidad intelectual.

Mª Luz Navarra Girela

Maestra de Educación Infantil