¿POR QUÉ ENSEÑO TIC?
Seguramente, sea innecesario este artículo; pero quería aprovechar la ocasión para escribir las razones por las que es importante para mí. El punto de inflexión ha sido el artículo del mes de enero que aparece en la revista National Geographic sobre la nueva medicina. Para entenderla, tenemos que dominar muchos conceptos nuevos relacionados con la informática como big data, inteligencia artificial, minería de datos, internet, privacidad, criptografía…
Por ello, y por otros numerosos ejemplos, las tecnologías de la información resultan fundamentales para comprender y participar en la sociedad. De ahí, la importancia de aprenderlas como parte de una educación moderna. Observo la informática como un arte liberal, un conocimiento que proporciona a los estudiantes una lente crítica para interpretar el mundo que los rodea. Igualmente, los prepara con vistas a que sean colaboradores activos e informados en nuestro mundo, cada vez más tecnológico, tanto si continúan con una carrera técnica o no. Además, puede cambiar la vida, no es solo un entrenamiento.
¿Cómo creo que es mejor enseñarla? Los estudiantes asimilan más cuando están motivados; por lo tanto, intento priorizar las experiencias de aprendizaje activas, significativas para su vida. Los aliento a ser curiosos, a resolver problemas relevantes y a expresarse a través de la creación. El aprendizaje, una actividad inherentemente social, permite entrelazar lecciones con debates, presentaciones, comentarios de compañeros y reflexiones compartidas. A medida que avanzan por este camino, intento darles más responsabilidad para formular sus dudas, desarrollar sus soluciones y criticar su trabajo. Por ejemplo, este año una alumna preguntó si las tormentas y la lluvia podían afectar a nuestra experiencia de navegación, lo que nos dio pie a investigar de qué manera llega principalmente la información a nuestros ordenadores, conocer que esta viene codificada en bits, que viajan tanto por cables hasta nuestras casas o las antenas en lo alto de los edificios, como entre continentes no usando satélites de comunicaciones, sino a través de miles de kilómetros de cables submarinos que se extienden por todos los océanos y mares, incluso atravesando el Pacífico que ocupa casi la tercera parte de la superficie terrestre.
Así pues, los animo a que también participen de este modo de enseñanza y transmitan a sus hijos sus dudas tecnológicas, sus curiosidades, con el fin de que en clase podamos enriquecernos todos investigando y resolviendo este presente que cambia tan rápidamente.
Francisco González del Valle